Si has cruzado la línea hacia el mundo del emprendimiento a menudo habrás escuchado alertas. Avisos que te hablan del peligro de crear tu propio negocio y de la complejidad de sacarlo adelante. La realidad es que emprender es una ardua tarea, pero puede cambiarte la vida y ofrecerte un desarrollo inigualable.

El mundo empresarial es atractivo, más cuando tienes una idea de negocio que aportar. Con esto y el convencimiento de que puedes cambiar el mundo con ella sólo queda lanzarse. Emprender no es cuestión de dinero, tampoco de seguridad, sino que encaja con la libertad, la pasión y las aspiraciones.

El trabajo se multiplicará, así como las responsabilidades, pero hay muchas razones por las que se compensará. Los motivos para tomar esta decisión van desde los más románticos a los más realistas, pero pueden resumirse en:

Querer cambiar el mundo:

Un emprendedor no quiere cambiar sólo su propia vida, pretende también cambiar el mundo. Lo quiere cambiar a través de su trabajo y con su idea busca facilitar la vida a la sociedad. Si eres un visionario y un apasionado, eres un emprendedor nato.

Conciliación y flexibilidad horaria:

Emprender conlleva mucho trabajo y muchas horas, pero serás el dueño de tu tiempo. Es más, cuando controles el escenario podrás dominar tu horario y disfrutar de la libertad que te ofrece ser el responsable de tu negocio. Este es un punto importante de cara a la conciliación de la vida familiar y laboral. Además, trabajar en tu propia idea te motivará tanto que las horas se te pasarán volando. 

Ser tu propio jefe:

Saldrás del entorno corporativo tradicional y tomarás las riendas de tu propio negocio. Ser tu jefe significa trabajar para uno mismo, pero no hay que olvidar que también conlleva asumir responsabilidades. Tendrás que bajar al barro, pero también contarás con la libertad de ser el dueño de tu negocio. Trabajarás por tus sueños, no por los de alguien más.

Crecer personal y profesionalmente:

Cuando un trabajo rutinario frustra tu motivación puede ser el momento de buscar otros caminos. Cuando emprendes sientes verdadera pasión por tu idea y sacarla adelante es un reto personal. Por eso, la motivación nunca faltará y ayudará a generar esa satisfacción con lo que haces. Aplicarás conocimientos, serás perseverante y superarás dificultades. De este modo, el crecimiento personal y profesional será veloz, así como el aprendizaje será constante.

Creatividad sin límites:

Emprender es imaginación e incluso locura. Si tus ideas trascienden lo convencional, pero confías en su potencial, ser emprendedor es la vía para sacarlas al mundo. Si el mundo se mueve innovando, crea sin límites.

Formar un gran equipo:

No tienes por qué emprender solo, puede que a la larga necesites valerte de personal multidisciplinar. Saber que eres el responsable del éxito de tus empleados es muy satisfactorio. De este modo, tus ideas pueden ofrecer una oportunidad de aprender, mantener familias y alcanzar sueños.

Aquí no acaba todo, los motivos para lanzarte a la aventura de emprender van más allá. No será un camino sencillo, los retos serán diarios y superarás miles de dificultades. Pero, de otro lado tendrás la satisfacción de estar aportando valor a la sociedad con tu propia idea. Una vez decidido, sólo queda desear suerte, ánimo, perseverancia, oportunidades y ¡A comerse el mundo!